sábado, 3 de mayo de 2008

88 minutos: Los que le sobran...


¡Qué viejo está Al Pacino! A sus 68 años sigue dando guerra en toda clase de papeles, pero empiezan a notarse los estragos del tiempo en el actorazo que el señor Pacino es. Este film es sólo para él, para venderse y dejarse ver, pero no para lucirse.


Jon Avnet (Íntimo y personal, Tomates verdes fritos) nos trae un thriller con la conocida historia de llamada anónima y cuenta atrás para morir. El guión corre a cargo de Gary Scott Thompson (A todo gas, El hombre sin sombra), y a él irán a parar gran parte de los palos por una historia, cuanto menos, inverosímil.

Jack Gramm es un prestigioso psiquiatra forense, cuya colaboración y asistencia a un testigo condenó a la pena de muerte a un célebre asesino en serie. Cuando años después vuelven a producirse crímenes con el mismo modus operandi, una de las víctimas será parte de su alumnado.

Será entonces cuando reciba una llamada anónima para comunicarle que le quedan 88 minutos de vida. En una carrera contra el reloj deberá resolver el enigma que acabará con él.

Ciertamente es una carrera contra el reloj, ya que el protagonista se pasa el film corriendo, aunque a esa edad pierde la elegencia en pro de un estilo similar al de los pingüinos. Gran parte de lo que pasa se reduce a Jack al teléfono yendo de un lado a otro en coche, rodeado de unos personajes secundarios que sólo figuran para añadir posibles culpables.

Pero el peor problema del film es lo inverosímil que resulta la trama, y pese a eso, previsible. La paranoia del profesor es utilizada para señalar como sospechoso a todo personaje que aparece y crear un clima de tensión que no acaba de funcionar del todo.

La narrativa es confusa y la puesta en escena pretenda ser fresca, cuando en realidad sólo consigue una banda sonora de las peores en años. Lo único que acaba siendo salvable es el supuesto rompecabezas al que someten al profesor, demasiado artificioso pero entretenido, aunque cuesta tomárselo en serio.

En definitiva, un film muy flojo, más digno de sobremesa televisiva que de gran pantalla y cuyo título es utilizado en la trama como podía haber sido cualquier otra cosa. Tomado en serio sólo podemos esperar salir de la sala con el mismo gesto que Al Pacino en la foto anterior.

Lo mejor: Que no llega realmente a aburrir.

Lo peor: El guión.

El dato: Realmente pasan 88 minutos desde que Jack recibe la llamada.

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